Para muchas personas, la radio se ha convertido en una herramienta de acompañamiento do quiera que este, pero este pequeño aparatito ha revolucionado la forma de vivir, la forma de pensar, hasta la forma de sentir, a través de un mensaje radial, podemos saborear ese delicioso pollo crocante, a la broaster, o mirar ese lugar recóndito y de belleza asombrosa, pero muchos no sabemos como es posible que a través de la distancia, traspasando montañas, venciendo múltiples obstáculos, viajando por aire tierra o agua, llegue ese mensaje hasta nuestro receptor; pues todo se debe a múltiples inventos que dieron origen a las válvulas
de
electrodos que transforman la voz humana en vibraciones electricas.
Primero fue el telégrafo, el 24 de mayo de 1844, Samuel Morse, un pintor norteamericano, lo inventó. Las letras se traducían en una clave de puntos y rayitas. Con impulsos eléctricos cortos y largos, a razón de quince palabras por minuto.
Luego el teléfono: En 1876, Alexander Graham Bell, físico escocés radicado en Estados Unidos, lo logró. El teléfono transformaba el sonido en señales eléctricas y lo enviaba, valiéndose de micrófonos y auriculares.
En 1877, un contemporáneo de Bell, el norteamericano Thomas Alva Edison, experimentaba con un cilindro giratorio, recubierto de una lámina de estaño, sobre el que vibraba una aguja. Después de múltiples ensayos, aquel genio consiguió escuchar una canción grabada por él mismo. Había nacido el fonógrafo, abuelo del tocadiscos y posteriormente el C. D. El sonido había alcanzado la inmortalidad.
En la nochebuena de 1906, el canadiense Reginald Fessenden realizó la primera transmisión de sonido: los radiotelegrafistas de los barcos que navegaban frente a las costas de Nueva Inglaterra no captaron esta vez impulsos largos y cortos en clave morse, sino una voz emocionada leyendo el relato del nacimiento de Jesús y acompañada por un disco de Haendel. Fessenden había logrado emitir directamente la voz humana sin necesidad de códigos, pero su proeza apenas alcanzaba a un kilómetro y medio a la redonda.
Al año siguiente, en 1907, Alexander Lee de Forest, norteamericano, descubre unas válvulas de electrodos que transforman las modulaciones del sonido en señales eléctricas. Estas ondas, transmitidas de una antena a otra, podían ser reconvertidas nuevamente en vibraciones sonoras. Con estos tubos de vacío, que servían igualmente para enviar o recibir, nacía la radio, tal como la conocemos hoy: sin distancias ni tiempo, sin cables ni claves, sonido puro, energía irradiada en todas direcciones desde un punto de emisión y recibida desde cualquier otro punto, según la potencia de las válvulas amplificadoras.
En sur América, los Argentinos tomaron la iniciativa; sus pequeños transmisores de 5 vatios, eran colocados en las azoteas de los edificios y desde ahí comenzaron a emitir el 27 de agosto de 1920. ese es el motivo por el cual a los primeros radialistas Argentinos se les conoce como “lo locos de las azoteas”
En Colombia en 1929, el 8 de diciembre nace la HKD, la que mas tarde se llamo la VOZ DE BARRANQUILLA, desde ese momento, un sin numero de estaciones radiales inundan los mercados y las necesidades de nuestro país; el espectro se hace cada vez mas congestionado, encontramos hasta el año pasado según el Ministerio de Comunicaciones, un total de 448 emisoras en A. M, en F. M. 713 entre comerciales, de interés publico y comunitarias. Desde ese 8 de diciembre, la radio en nuestro país se ha convertido en el periódico sin letras que llega a millones de personas, además de una compañía a bajo precio y sin ningún compromiso.
Bajo esta premisa podemos preguntar ¿CUAL ES EN VERDAD EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE?
Por
HUGO FERNANDO JOVEN REINA
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